miércoles, 19 de enero de 2011

Un desafío que me va a traer problemas


Algunos tipos necesitan probarse a sí mismos que pueden. Que pueden empezar una carrera universitaria y terminarla. Que pueden correr cuarenta y dos kilómetros y no morir en el intento. Que pueden robar un banco sin que los agarren. Mi objetivo parece, a priori, mucho más fácil: ver, durante un año entero, una película por día.

Es un desafío que esconde mucho de autosatisfacción, claro. Seamos honestos. Después del fútbol, el sexo y la comida... ¿qué hay más placentero en la vida que sentarse en un cine a ver una de tiros, donde un montón de tipos se matan entre sí? ¿O tirarse en la cama a ver una donde Angelina Jolie te mira con cara de que te quiere comer, sin que tu mujer, que está a tu lado, no se de cuenta? No hay nada más lindo.

Pero... la macana es que uno, además de comer, dormir, mantener viva la pareja y ocuparse de los hijos, también tiene que trabajar. Así que pasarme dos horas promedio hipnotizado por la pantalla todos los días durante un año, no va a ser nada fácil.

Pero el mundo es de los valientes. Así que me encomiendo al cielo y confío que, con su ayuda, lectores buena onda, lo voy a lograr. Ojo, que este no va a ser un blog de crítica de cine. Voy a comentar las películas que vaya viendo y chau. Para algo más profundo, dirigirse al blog de Catalina Dlugi. Suponiendo que tenga uno.


Mañana es el día D, y no sé con qué arrancar. Estoy entre Cinco minutos de gloria (Five minutes of heaven) y Rumores y mentiras (así le pusieron en España, no sé si ya se estrenó acá. El título original es Easy A).
Y sí. Qué pensaban? Que iba a ver cine alemán?